Puede llegar un momento en la vida de cualquiera de nosotros en que nuestras erecciones, que a menudo han sido inconvenientemente frecuentes en el pasado, empiecen a caer en picado. Tal vez esto ya haya empezado a sucederle, en cuyo caso no se preocupe: realmente es un problema bastante frecuente.
Tal vez ya haya hablado con su médico de cabecera, o quizá no sea el momento de hacerlo, pero aún así quiera recurrir a un consejo médico. Tamer Rezk, que también dirige la clínica de bienestar médico Phycore, y el psicólogo clínico Rob O'Flaherty están aquí para desentrañar la ciencia y la psicología que hay detrás de las erecciones, así como la forma de mejorarlas.
¿Cuáles son las causas de la disfunción eréctil?
Lo primero que hay que recordar es que puede tratarse de un problema anatómico (como se ha indicado anteriormente), pero en la mayoría de los casos se debe a un componente psicológico, como el estrés, los problemas de pareja y/o la ansiedad y la depresión.
Muchas de las medidas de estilo de vida que son beneficiosas para el bienestar físico y mental también pueden ayudar a mejorar la función eréctil.
Tabaquismo y alcoholSe sabe que fumar afecta a la función eréctil debido a que las toxinas de los cigarrillos dañan los vasos sanguíneos del pene. Aunque una cantidad moderada de alcohol puede ayudar a relajar a las personas y a desinhibirlas, un exceso de alcohol puede asociarse a dificultades para conseguir una erección y mantenerla.
Ejercicio
Algo que puede hacer más (pero no en exceso) para mejorar las cosas es el ejercicio. El ejercicio aeróbico ayuda a mejorar la salud de los vasos sanguíneos, previene el engrosamiento de las arterias (sí, eso incluye las que irrigan el pene), ayuda a controlar el peso corporal (el exceso de grasa en los hombres provoca un aumento de la conversión de testosterona en estrógeno) y probablemente ayuda con algunos de los problemas psicológicos que pueden afectar a la función eréctil, como el sueño, el estado de ánimo y la confianza.
Si realmente desea ir un paso más allá, pruebe a ejercitar el suelo pélvico para fortalecer los músculos del pene que retienen la sangre necesaria para una erección sana.
Dieta
Las bayas oscuras, ricas en el antioxidante antocianina, pueden ayudar a reducir los niveles de radicales libres (perjudiciales para la producción de óxido nítrico) y permitir un buen flujo sanguíneo peniano. Aunque no existen "dietas para la erección" específicas, el buen control de cualquier enfermedad que afecte a los vasos sanguíneos, como la diabetes, la hipertensión o el colesterol elevado, permite mejorar las erecciones al minimizar los daños vasculares a largo plazo.
Causas psicológicas
Como ya se ha comentado anteriormente, hay una serie de factores psicológicos que pueden influir en la función eréctil, entre los que se incluyen el estrés, la ansiedad, la depresión, los traumas, la vergüenza, la baja autoestima y los problemas de imagen corporal. Cada uno de ellos puede afectar a la erección de distintas maneras. En el caso del estrés o la ansiedad, sin embargo, el psicólogo clínico Rob O'Flaherty afirma que puede activarse la respuesta de lucha o huida de una persona. Cuando esto ocurre, se producen cambios fisiológicos -incluso si el estrés o la ansiedad no ponen en peligro la vida-, como la extracción de sangre de zonas del cuerpo donde no se necesita, por ejemplo, el pene, lo que dificulta la erección. "Muchos hombres se encuentran con que tienen un incidente en el que han experimentado una dificultad con su erección, y esto pasa a causar más ansiedad la próxima vez que tienen relaciones íntimas con alguien", explica O'Flaherty, "creando más ansiedad y dando lugar a más dificultades eréctiles".
O'Flaherty añade que es normal que el pene no esté duro al cien por cien durante el acto sexual, y explica que se ablanda y endurece de forma natural en distintas fases. Sin embargo, si una persona siente que su erección se ablanda durante el acto sexual, a veces puede sentirse preocupada por perderla por completo, lo que, de nuevo, puede provocar ansiedad y hacer que la erección sea más difícil de mantener.Para determinar si la disfunción eréctil tiene una causa psicológica, O'Flaherty aconseja acudir primero al médico de cabecera para descartar cualquier causa física o efectos secundarios de la medicación que se esté tomando. Sugiere que si se despierta con erecciones por la mañana o se le pone duro cuando está solo, pero no cuando está en pareja, es más probable que la causa sea psicológica.
Qué hacer a continuación
Si cree que padece disfunción eréctil, consulte a su médico (es una dolencia frecuente). Mientras tanto, intente incorporar algunas de las sugerencias anteriores y, si las cosas no mejoran, puede explorar otras opciones, probablemente en forma de una pequeña píldora azul (también conocida como Viagra) que puede servirle para recuperar la erección o, en algunos casos, para permitirle disfrutar de una vida íntima saludable a largo plazo.
Cómo aumentar la excitación sin medicación
En primer lugar, considere si se encuentra en una rutina sexual o si practica sexo con el "piloto automático", como lo denomina O'Flaherty. Esto último, explica, ocurre cuando "sigues los movimientos pero no estás totalmente presente y conectado con lo que estás haciendo en ese momento". Una forma de desconectar el piloto automático es practicar la atención plena, que puede ayudarnos a sentirnos totalmente implicados en lo que estamos haciendo. "Durante el sexo, esto puede ayudarnos a notar y sentir más lo que estamos experimentando, en lugar de limitarnos a hacer lo que siempre hemos hecho", explica a GQ.
Otra forma de aumentar la excitación y, con suerte, mejorar la función eréctil es introducir frescura en la vida sexual, posiblemente mediante juguetes o prácticas algo pervertidas. O'Flaherty afirma que esto puede estimular y excitar a una persona de formas que no había experimentado antes, y puede ayudarle a conectar con su cuerpo y su pareja centrándose en diferentes sensaciones, sabores, olores y sonidos. "Muchos hombres creen que el sexo consiste sólo en la penetración y, por tanto, si no pueden mantener una erección, sienten que han fracasado", continúa. "Introducir otras cosas en el dormitorio puede demostrar que el placer sexual es algo más que tener el pene erecto durante todo el tiempo. Quitarse esta presión de encima puede mejorar las erecciones, ya que reduce la ansiedad".
También merece la pena considerar sus hábitos pornográficos. El porno no es malo -de hecho, es una herramienta útil para la masturbación, lo cual es bueno (hablaremos de ello más adelante)- pero, según explica O'Flaherty, a menudo es mejor utilizarlo con moderación que en exceso. "Si alguien ve mucho porno, puede llegar a depender demasiado de la estimulación visual para aumentar la excitación", dice O'Flaherty. "Los hombres pueden ponerse en piloto automático y masturbarse sjetándose el pene con fuerza de la misma forma una y otra vez, descuidando el resto del cuerpo. Entonces puede resultar difícil excitarse o eyacular utilizando otras técnicas." Eso no quiere decir que no deba masturbarse; de hecho, sin duda debería hacerlo. De nuevo, añade O'Flaherty, con moderación. "Es aconsejable probar la masturbación consciente, en la que se centras más en explorar todo el cuerpo y no sólo en el pene", explica. "La clave es estar tan presente como pueda y prestar atención a lo que está experimentando".
Por último, comunicar su ansiedad o disfunción eréctil a su(s) pareja(s) o incluso a un psicólogo o terapeuta de pareja puede ser útil para superarla. "Si los problemas de erección están causados o muy influidos por factores psicológicos, hablar de ellos y recibir apoyo puede suponer grandes mejoras o incluso dejar de ser un problema", concluye O'Flaherty. Aunque puede resultar difícil comunicarse cuando se trata de sexo e intimidad, ser sincero con uno mismo y con la pareja puede ayudar a aliviar la ansiedad y, a menudo, también el propio problema.
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