Las relaciones ofrecen maravillosos beneficios para el bienestar, la satisfacción con la vida y el manejo del estrés, pero ninguna está exenta de desafíos. Estos problemas pueden ejercer presión sobre una pareja, pero resolverlos puede fortalecer su vínculo o separarlos, dependiendo de cómo manejen los desafíos que enfrentan.
Resolver los problemas del matrimonio de una manera saludable puede ser muy difícil, especialmente porque los factores estresantes pueden provenir de muchas fuentes diferentes. Las siguientes son algunas de las fuentes más comunes de estrés y problemas matrimoniales.
Problemas de dinero
El estrés de las peleas por dinero constituye uno de los problemas matrimoniales más citados que enfrentan las parejas.
En términos generales, cuando las parejas se involucran en conflictos por el dinero, su disputa es realmente un símbolo de algo diferente: luchas de poder, diferentes valores y necesidades u otros problemas relacionados con el dinero.
Sin embargo, en tiempos económicos difíciles, el estrés financiero en realidad puede causar un estrés más general, más conflictos sobre cosas no relacionadas con el dinero y también argumentos centrados en el dinero. Por ejemplo, cuando un miembro de la pareja está extremadamente estresado por el dinero, es posible que sea menos paciente y esté más estresado en general; luego pueden iniciar peleas con el otro compañero sobre cosas no relacionadas sin siquiera darse cuenta.
Problemas con los niños
Los niños pueden traer otra fuente potencial de estrés y problemas matrimoniales. Los niños son maravillosos y pueden traer regalos maravillosos y significativos a nuestras vidas, pero tener hijos puede traer estrés adicional al matrimonio porque el cuidado requiere más responsabilidad, así como un cambio de roles, proporcionando más alimento para los desacuerdos y la tensión. La introducción de niños en su matrimonio también reduce la cantidad de tiempo disponible para vincularse como pareja. Esta combinación puede poner a prueba incluso los enlaces más fuertes.
Estrés diario
Los factores estresantes diarios no necesitan igualar los problemas del matrimonio, pero pueden exacerbar problemas que ya existen. Cuando uno de los miembros de la pareja ha tenido un día estresante, es más probable que se impaciente cuando llegue a casa, que maneje el conflicto de manera menos experta y que tenga menos energía emocional para dedicar a nutrir su relación. Cuando ambas partes de la pareja han tenido un día difícil, esto, por supuesto, solo se agrava.
Al igual que con el estrés financiero, el estrés diario general puede poner a prueba la paciencia y el optimismo, dejando a las parejas con menos que dar emocionalmente el uno al otro.
Horarios ocupados
Los problemas matrimoniales pueden ser el resultado de horarios demasiado ocupados por algunas razones:
Las parejas que están ocupadas a menudo están estresadas, especialmente si no se cuidan con un sueño de calidad y una buena nutrición.
Las parejas ocupadas pueden sentirse menos conectadas porque tienen menos tiempo para pasar juntas y más separación en sus vidas.
Es posible que las parejas no trabajen juntas como un equipo y se encuentren peleando por quién se ocupa de qué responsabilidades domésticas y sociales.
Si bien los horarios ocupados no conducen automáticamente a problemas matrimoniales, sí presentan un desafío que debe resolverse.
Mala comunicación
Quizás el mayor predictor de problemas matrimoniales es la mala comunicación o la comunicación negativa que contradice las actitudes y dinámicas dañinas dentro de la relación.
La comunicación negativa es tan dañina, de hecho, que el investigador John Gottman y su equipo han podido predecir con un alto grado de certeza qué parejas de recién casados se divorciarán más tarde, basándose en observar su dinámica de comunicación durante unos minutos.
La comunicación saludable es clave; una comunicación poco saludable puede provocar problemas importantes en el matrimonio.
Malos hábitos
A veces, las parejas experimentan problemas matrimoniales que podrían resolverse si los dos pudieran notar sus malos hábitos y cambiarlos. Las personas no siempre toman la decisión consciente de discutir sobre cosas insignificantes, regañar y criticar, o dejar líos para que el otro los solucione, por ejemplo.
Se ocupan demasiado o se distraen, el estrés aumenta y se ponen en piloto automático. Luego se encuentran siguiendo los mismos patrones que no se habían dado cuenta de que estaban eligiendo en primer lugar.
Las personas simplemente entran en patrones negativos de relación, caen en hábitos personales perezosos o caen en una rutina que perpetúan por hábito.
Afortunadamente, estos problemas matrimoniales se pueden solucionar. Incluso si solo una pareja está tratando conscientemente de cambiar, cualquier cambio puede traer un cambio en la dinámica de la relación, lo que puede traer resultados positivos. Si quiere conseguir los mejores consejos para solucionar sus problemas matrimoniales le recomendamos revisar la guía Recuperar mi Matrimonio de la experta en relaciones personales Natalia Fernández, en este libo descubrirás los métodos comprobados para salvar tu matrimonio.
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