El Norte ha utilizado durante mucho tiempo proyectos de infraestructura gigantes para tratar de pulir la credibilidad del gobierno, incluidos los desarrollos de viviendas en Pyongyang y el continuo desarrollo turístico de Wonsan-Kalma, pero los críticos dicen que la velocidad a menudo se prioriza sobre la calidad.
El último esquema es el Hospital General de Pyongyang, en una ubicación privilegiada al otro lado del río Taedong desde la colina Mansu, donde se asoman gigantescas estatuas del fundador del Norte Kim Il Sung y su hijo y sucesor Kim Jong Il, padre del actual líder, sobre la capital
La finalización está programada para el 10 de octubre con motivo del 75 aniversario de la fundación del gobernante Partido de los Trabajadores, y Kim calificó su construcción como una "tarea crucial" para el programa de salud pública del país en una ceremonia inaugural en marzo.
Pero después de ser informado sobre el progreso durante una visita al sitio de construcción, Kim "señaló serios problemas", informó la agencia oficial de noticias KCNA.
La comisión a cargo había organizado las finanzas "de manera descuidada y sin presupuesto para la construcción debidamente establecida", dijo Kim, según se citó.
El proyecto se inició para el "bien de la gente", pero los "cargaba" con demandas de "asistencia", dijo Kim.
No se proporcionaron detalles, pero Kim ordenó al Comité Central del partido gobernante que investigara y "reemplazara a todos los funcionarios responsables".
El informe no dio la fecha exacta de la visita de Kim.
Se produce en medio de la especulación de que la construcción se ve obstaculizada por las dificultades del Norte para asegurar los materiales debido a los controles fronterizos más estrictos por la pandemia de coronavirus.
El Norte, ya aislado y con armas nucleares, cerró rápidamente sus fronteras después de que el virus fuera detectado por primera vez en la vecina China en enero e impuso medidas estrictas de contención.
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