Miles de personas en Israel protestan por la respuesta al coronavirus de Netanyahu

La policía israelí disparó cañones de agua para dispersar las protestas antigubernamentales a las que asistieron miles de personas el sábado, mientras la ira pública aumenta por el manejo de la crisis del coronavirus.

Los manifestantes se reunieron frente a la residencia del primer ministro Benjamin Netanyahu en Jerusalén y en un parque en Tel Aviv, expresando su frustración por la respuesta del gobierno a una creciente epidemia que ha tenido un costo económico devastador.

El portavoz de la policía, Micky Rosenfeld, dijo que los agentes habían permitido que se llevaran a cabo manifestaciones, pero tomaron medidas contra "disturbios" no autorizados, incluidos los bloqueos de carreteras.

Rosenfeld dijo que los manifestantes en Tel Aviv rociaron gas pimienta contra la policía, lo que condujo a múltiples arrestos.

Con Israel registrando más de 1,000 nuevas infecciones por coronavirus al día en las últimas semanas, el gobierno anunció el viernes una amplia gama de nuevas restricciones.

Las tiendas, los mercados y otros lugares públicos han cerrado los fines de semana, mientras que los restaurantes tienen restricciones para llevar y entregar.

Netanyahu admitió que reabrió la economía demasiado pronto hasta fines de abril y principios de mayo, cuando Israel, un país de aproximadamente 9 millones de personas, había reducido su carga diaria a un goteo.

En un aparente intento por calmar la ira del público, Netanyahu anunció esta semana planes para enviar efectivo a todos los israelíes, una medida criticada por algunos expertos que dijeron que la economía necesitaba asistencia específica, no un pago a nivel nacional.

Mientras que algunos manifestantes expresaron su frustración por las restricciones reimpuestas, otros criticaron al gobierno por no mejorar la capacidad de prueba antes de la segunda ola de transmisión.

Según una encuesta realizada el 12 de julio por el grupo de expertos del Instituto de Democracia de Israel, solo el 29.5 por ciento del público apoyó la gestión del coronavirus de Netanyahu.

Esa cifra era de 57.5 por ciento a principios de abril.

Más allá de la pandemia, algunos manifestantes exigieron la renuncia de Netanyahu por los cargos de corrupción presentados contra el veterano primer ministro de derecha.

Netanyahu niega haber actuado mal, pero ha sido acusado de aceptar obsequios inapropiados y de buscar intercambiar favores con magnates de los medios a cambio de una cobertura positiva.

El juicio continúa en Jerusalén el domingo, aunque no se espera que Netanyahu comparezca ante el tribunal.

(AFP)