Agnes Pannier-Runacher, una ministra menor responsable de la cartera de la industria, llegó en un automóvil con chofer a la Place de la Concorde en París para comenzar el desfile militar del Día de la Bastilla.
Saludó a otros dignatarios, muchos de ellos con cubiertas para la cara, pero luego se dio cuenta de que no tenía su propia mascarilla. Ella trató brevemente de correr detrás de su automóvil para recuperar la máscara, pero el vehículo se había alejado.
Se la podía ver moviendo las manos, hablando animadamente con los funcionarios que la rodeaban y señalando su rostro. Unos momentos más tarde, un funcionario salvó los sonrojos de la ministra al traerle una mascarilla de repuesto.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha alentado a sus compatriotas a usar mascarillas siempre que sea posible cuando estén en espacios públicos, incluso al aire libre.
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